Yugueros: Geografía, Topografía y Toponimia

El Lugar de Yugueros es territorio de media montaña, con altitudes que oscilan entre 1000 y 1400 metros de altitud sobre el nivel del mar formado por un conjunto de valles y colinas. Según la contestación que el Pueblo dio al Interrogatorio del Marqués de la Ensenada de 1752, mide media legua de Oriente a Poniente y un cuarto de legua de Norte a Mediodía -sin contar el terreno del Marqués- y legua y media de circunferencia. Las medidas actuales son de 4 km de la raya de La Ercina a la de Cistierna, 4,5 km desde La Cerra al Mercadillo y 15 km de perímetro, contando el Coto. Baste decir que el Interrogatorio citado tenía una finalidad catastral e impositiva y en esto valía más quedarse corto.

En este territorio de unos 12 a 15 km cuadrados hay lugar para muchos valles y vallinos, colladas y lomas, grandas y grandiellas, sierras, cerras y llanadas. Para estos tiempos actuales con mapas en proyecciones UTM, coordenadas GPS, tracks y waypoints y otros tecnicismos al uso de algunos un poco fatuos montañeros, media docena de topónimos sirven para situarse en los montes de Yugueros: San Roque, Las Majadas, La Cerra, Valdeyera, las Casas del Monte y El Valle por ejemplo. Pero en una forma de vida del campo agrícola y ganadera anterior a los años setenta del siglo pasado había que ser más precisos, había que situar inequívocamente donde se había atajado un rebaño, donde apareció por última vez el lobo, dónde una tierra de cereal sembrada, un prado, llama o linar o dónde la suerte de la leña. Todo ello exigía profusión de topónimos o nombres dados a los diferentes accidentes geográficos, montes o pagos de labranza. En entradas posteriores intentaré nombrarlos a todos, situarlos en el mapa y hasta intentaré buscarles una semántica a la mayoría, aunque a buen seguro en algún caso ‘meteré la pata’. Creo que es nuestra obligación conservarlos todos porque forman parte de nuestro legado histórico y cultural y defenderlos de agresiones lingüísticas, modas y olvidos.

¿Quiénes han sido los mayores agresores de nuestra Toponimia? Pues muchas veces por quienes estarían obligados conservarlos como son los mapas oficiales de Instituto Geográfico Nacional (IGN): es imposible que este organismo sitúe todos los topónimos pero los que sitúe, que estén en su lugar cuando no los ha corrompido lingüísticamente. Sirva como ejemplo que Monte Corral lo sitúe casi en Oceja, san Roque en la Granda o la Poza en Villarinos aparte de que la Poza no es un topónimo muy representativo que digamos, más bien debería ser las Campazas. En cuanto a corrupciones, lo que debería ser el arroyo de Valdeyera lo llaman arroyo de Cistierna o más como en algunos mapas que deberían ser ayuda de algo, arroyo Astierna. Válgame Dios. El último mojón que delimita Yugueros, Cistierna y Sabero, encima del Perdigón, -curioso nombre que hace mención a la abundancia de perdices- que en el siglo XVIII se llamaba Alto de Montecampo y así consta en apeos y deslindes pasa a llamarse Alto Cabalicos en el levantamiento topográfico de 1915, pero el mapa oficial lo llama Escobalicos y algunos más osados, Alto de los Caballeros. Traspeña sigue en su sitio aunque antes se llamó Serrón Gajado, aunque la fuente de su collada, mojón señero, ya no mana. Y en cuanto al Alto del Torno, que antes se llamó Peña Redonda, también mojón señero, hoy algún animoso montañero pretende llamarlo Peña Perico. No sé quien es o fue semejante Perico ni que méritos hizo para que se honre así.

Hay que reconocer que la Toponimia es parte de nuestro lenguaje y como tal evoluciona a través de los tiempos. Siempre ha sido y siempre será. Bien es verdad que consultando documentos, muchos nombres que han cambiado, se mantuvieron estables desde el siglo XVI hasta finales del XIX por lo menos. Por ejemplo, lo que hoy llamamos El Valle o como mucho Valle del Mercadillo, siempre se llamó valle de Río Seco. El Alto de la Encortijada se llamaba La Encrucijada y de verdad es más lógico pues antes era una encrucijada de caminos de Yugueros a La Ercina con los que iban a La Serna y san Pedro. El hoy llamado Camino Hondo se llamó anteriormente La Requejada aunque valle hondo y quejo, requejo y requejada vienen a significar lo mismo. Lo mismo, lo que antes se llamó la Mata Espesa o lugar arbolado con una sola especie y con mucha abundancia, pasa llamarse Monte Corral (monte del corral) por el corral de ovejas que existió en el lugar y del que hoy sólo quedan ruinas. Igual con el tiempo se convierte en mata de pinos si es que las procesionarias lo permiten.

No faltan tampoco referencias toponímicas a árboles o agrupación de ellos que hoy ya no existen su existencia ha quedado fosilizada en la Toponimia. No queda rebollo en El Rebollo ni prunales en Valdeprunal, no sé si chopos en El Chopo pero lo que no hay son tejos en la fuente La Teja. Ni la salguera de la fuente del Villar, es que no sé si hay fuente hoy, ni olmos en El Olmo. Quedan posiblemente espinos en el Espinadal y salgueras es Salgueredo. Pero lo que ya no está es el arca del manzanal de Las Majadas, mojón señero ni tampoco la Peral Blanca de Robledo ni mucho menos robles en Robledo; son referencias que se han perdido. Nos queda El Helechal con sus helechos que poco a poco se van comiendo la fuente. Tampoco quedan el quedan en el Valle del Mercadillo cerezos en la valleja de las Cerezales Moratas, ni avellanos en Los Avellanales, ni lino en Las Linares y lo más lamentable de todo, ni rastro del Roblón. Para consuelo ahí va una foto del Roblón de los años cuarenta con unos niños para que sirvan de referencia de lo que era aquel roble lamentablemente perdido. Ya no viven ninguno de ellos pero aun así he difuminado su cara para mantener su anonimato. Uno de ellos me confió la fotografía y la publico a su memoria. La del Roblón caído es mía.

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El Roblón, tal como era

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El Roblón: homenaje al Árbol Caído

A. Del Río